Por JUANJO ROMERO
Hoy día de la Ascensión de
Nuestro Señor, aunque la fiesta se haya trasladado al domingo en muchos sitios[modernistas],
comienza el Decenario[en España] al Espíritu Santo, o si se empieza el viernes,
la Novena al Espíritu Santo. Al
comentarlo esta mañana surgieron bastantes preguntas. Intento resumir.
El día de la Ascensión (no
confundir con la Asunción) es el jueves anterior al séptimo domingo de Pascua,
o sea, 40 días después del Domingo de Resurrección.
1.- ¿Qué es la Novena o
Decenario al Espíritu Santo?
La Novena al Espíritu Santo es
una práctica de piedad en honor al Espíritu Santo que comienza el día de la
Ascensión, diez días antes de la fiesta de Pentecostés y nos ayuda a
preparar mejor la fiesta.
En función de si se
empieza a rezar el mismo jueves de la Ascensión (en España o en algunos países
de tradición hispana) o el viernes siguiente (resto de países) tenemos el
decenario o la novena. Aunque se puede rezar en cualquier día del año.
2.- Es la más antigua, la
primera de las Novenas.
Cuando el Señor asciende a
los Cielos y promete a los apóstoles que les enviaría el Espíritu Santo, todos,
junto a algunas mujeres y la Santísima Virgen esperan orando.
Entonces se volvieron del
monte llamado de los Olivos a Jerusalén, que dista de allí el camino de un
sábado. Cuando hubieron llegado, subieron al aposento superior, en donde solían
morar Pedro y Juan; Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo;
Santiago de Alfeo y Simón el Zelotes y Judas de Santiago.
Todos perseveraban
unánimes en la oración, con algunas mujeres, con María, la madre de Jesús, y
con los hermanos de éste. (Hechos 1, 12-14)
Así que, para todos los
«hermanos separados» [sectarios protestantes] que entran en este blog, hacerles
notar que sí, que una vez más, tiene fundamento bíblico.
3.- Es la única novena
prescrita por la Iglesia.
Aunque muchos Papas y
santos han recomendado diferentes novenas, la del Espíritu Santo es la
única que lo está oficial y formalmente. Lo hizo el Papa León XIII en la
Encíclica sobre el Espíritu Santo, Divinum
illud munus, n 16, el 9 de mayo de 1897.
Decretamos,
por lo tanto, y mandamos que en todo el mundo católico en este año, y siempre
en lo por venir, a la fiesta de Pentecostés preceda la novena en todas las
iglesias parroquiales y también aun en los demás templos y oratorios, a juicio
de los Ordinarios.
Ojo, «decretamos y
mandamos». El Papa León extiende la novena que había pedido hacía dos años en
1895 en el breve, Provida
Matris en solicitud de varias cartas de la Beata Elena Guerra al
Papa.
León XIII pidió entonces a
todos los fieles que celebraran una novena solemne entre las festividades de la
Ascensión y Pentecostés. En 1897 dice que «para este año y para siempre».
4.- Aunque no es una
novena mariana está muy presente la Virgen
Nuestra Madre está
presente, no tanto porque casi siempre cae en mayo, que también. Como relatan
las escrituras «todos perseveraban unánimemente con María». Dado
que el objeto de la Novena es prepararnos mejor para Pentecostés, no es de
extrañar que tanto los más racionalistas como los más sensibleros puedan
agarrarse de la mano de la Virgen María estos días y pedirle ayuda.
No es muy complicado
viajar mentalmente a la escena. Los discípulos más directos están ahí
encerrados y escondidos, en el Cenáculo. ¿Qué le preguntarían a la Virgen?,
¿qué les respondería?, ¿cómo les ayudaría en esos días?, ¿cómo serían las
Santas Misas, renovación del Sacrificio? Y, por otro lado, ¿cuáles serían las
disposiciones de Nuestra Madre? Llevó a Jesús nueve meses en su seno, le
acompañó en cada etapa de su Vida, de su Muerte, de su Resurrección y ahí está
de nuevo… esperando.
5. Tiempo dedicado para
conocer mejor al Espíritu Santo
A veces se nos oscurece
que es una de las Personas, y también a veces con decir que es el
«Gran Desconocido» nos conformamos. Quizá porque parezca que haya que tener
profundos conocimientos teológicos para conocerle y amarle.
A mí me consuela que uno
de los tratados más profundos sobre el Paráclito lo escribiese una
cuasi-analfabeta, Francisca
Javiera del Valle. Es un buen momento para leer e informarnos, y
quien no sepa por dónde empezar recomiendo lo más básico: quién es y cómo actúa
y que son y cuales los dones y los frutos del Espíritu Santo [Ver Catecismo
Romano].
6.- León XIII concedió
indulgencias parciales y plenarias por la Novena
En la encíclica sobre el
Espíritu Santo, Divinum
illud munus, detalla con las condiciones acostumbradas:
“Concedemos la indulgencia de
siete años y otras tantas cuarentenas por cada día a todos los que asistieren a
la novena y oraren según nuestra intención, además de la indulgencia plenaria
en un día de la novena, o en la fiesta de Pentecostés y aun dentro de la octava,
siempre que confesados y comulgados oraren según nuestra intención. Queremos
igualmente también que gocen de tales beneficios todos aquellos que, legítimamente
impedidos, no puedan asistir a dichos cultos públicos, y ello aun en los
lugares donde no pudieren celebrarse cómodamente —a juicio del Ordinario— en el
templo, con tal que privadamente hagan la novena y cumplan las demás obras y
condiciones prescritas”.
7.- Está bien, ¿pero qué
es lo que hay que rezar?
Pues no hay nada
establecido. Se puede tratar de participar más frecuentemente en la Santa Misa,
de aprovechar para volver a confesarse, visitar al Señor sacramentado…
Hay «Novenas y Decenarios
al Espíritu Santo» publicados, pero no dejan de ser propuestas. Casi siempre con el mismo esquema:
Una oración introductoria
para ponerse en presencia de Dios y otra para terminar, y se puede meditar las
lecturas del día, unas ad hoc, o algún texto que nos ayude a tratar, conocer y
querer más a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.
Ejemplo de oración introductoria
puede ser:
¡Ven, oh Santo Espíritu!:
ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos:
fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo:
inflama mi voluntad…
He oído tu voz, y no quiero endurecerme y
resistir, diciendo: después…, mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya
a ser que el mañana me falte.
¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría,
Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: quiero lo
que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras.
Y para terminar
¡Ven Oh Santo Espíritu!,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
℣. Envía
tu espíritu y serán creados
℟. Y renovarás la faz
de la tierra.
Oh Dios que has instruido los corazones de
los fieles con la luz del Espíritu Santo.
Concédenos según el mismo Espíritu,
conocer las cosas rectas y gozar siempre de
sus divinos consuelos. Por el mismo Cristo
nuestro Señor. Amén.
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