LA CLARIDAD
DE VIGANO
Por el bien de los hombres, el Buen Señor debe castigar.
Si
no, nunca verán a través de Sus ojos
Oh, ¡si
tan sólo la Madre Iglesia tuviera algunos líderes más como el Arzobispo Viganò!
Solía tener muchos de ellos, pero su amplitud y claridad de mente, junto con su
valor de la fe, se han convertido en una rara combinación entre los
eclesiásticos católicos, desde que permitieron que la podredumbre mental del
mundo moderno los infectara en el Vaticano II (1962–1965). A continuación se
resume, como es habitual, una entrevista que concedió para el canal de
televisión italiano Canale Italia en abril de este año. Una traducción al
inglés de la entrevista completa se puede encontrar en lifesitenews.com. ¡Que
Dios bendiga a LifeSite news!
El arzobispo Lefebvre fue uno de los pocos
prelados que quiso denunciar la revolución conciliar, comprendiendo su carácter
subversivo. Entre los que vieron el peligro, casi nadie supo denunciarlo
abiertamente. Hoy comprendemos el mérito histórico del arzobispo Lefebvre al
haberse rebelado contra la línea dictada por el politburó conciliar, y haber
creado las premisas para un retorno de la Iglesia a la doctrina y a la Santa
Misa de siempre. Nos enfrentamos a un golpe global que implica tanto a la
sociedad civil como a la Iglesia. Ambas están infiltradas y controladas por
personajes que utilizan su poder y la autoridad que de él se deriva, no para
los fines de las instituciones que gobiernan, sino para destruirlas. Esta
crisis de autoridad debe ser denunciada, porque la acción de quienes han
llegado a los más altos niveles de dirección tanto de las naciones como de la
Iglesia es una serie de actos subversivos y criminales.
Por un lado, la parte corrupta de la
jerarquía -para ser breves, llamémosla «Iglesia profunda», ya que está al
servicio de Satanás- odia a la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo y pretende
matarla. Los que sirven al diablo llevan a cabo una operación asesina, aunque
sea descabellada y condenada al fracaso. Pero así como Cristo ha resucitado,
también su Cuerpo Místico resucitará después de su Pasión.
Por otro lado, la parte sana de la jerarquía
está compuesta en su mayoría por obispos y clérigos que, sin embargo, aceptan
las premisas ideológicas de la actual apostasía, ya que aceptan el Concilio y
la nueva liturgia que transmite sus errores a las masas. No quieren que la
Iglesia sucumba, pero se engañan a sí mismos, contra toda evidencia y tras
sesenta años de fracasos, pensando que el Concilio ha sido simplemente mal
interpretado, que la nueva misa se celebra mal pero que podemos volver a una
cierta dignidad en la liturgia. Si no entienden que fue el Concilio el que
causó este desastre, y que para remediarlo es necesario volver a la fe, la
moral y la liturgia que existían antes del Concilio, forman parte, sin saberlo,
del problema.
Hoy bajo el Papa Bergoglio, su traición,
consciente o inconsciente, se ha consumado con el apoyo a la ideología
globalista, el migracionismo, el neomaltusianismo, el Nuevo Orden Mundial y la
Religión de la Humanidad. La «Iglesia profunda» ha sido incluso cómplice del
fraude pandémico y de la vacunación masiva, a pesar de la presencia de líneas
celulares abortivas en los sueros y del debilitamiento irreversible del sistema
inmunitario que provoca; hoy se sitúa hipócritamente al lado del Sistema,
apoyando al títere de Schwab, Zelensky en Ucrania, contra el presidente Putin,
que es el único jefe de Estado que se opone a la globalización impía y a los
principios criminales que la inspiran.
El Señor
nos ayudará con su gracia, pero nos pide que hagamos nuestra parte. Si luchamos
con Cristo, con Cristo celebraremos la victoria. Si seguimos sin tomar partido
o peor, si nos ponemos del lado de Satanás, con Satanás habremos caído en el
abismo.
Kyrie
eleison
Nota del Blog: Los
subrayados son nuestros. Piense el lector si no es cierto que los grupos o
sacerdotes conservadores, línea-media o casi tradicionalistas, que se proponen
algunos incluso antiliberales (hasta acaban de presentar el gran libro de Sardá
y Salvany en España) ellos no se hacen eco de las palabras de los obispos
Viganò o Williamson, apenas si se apoyan en la tibieza de Mons. Schneider. Con
lo cual, al no propalar la verdad íntegra o que podría molestarles a sus
superiores, se hacen parte del problema. El miedo que algunos tienen a
mencionar siquiera a Monseñor Lefebvre (por caso, Infocatólica) a estas alturas
es un escándalo, una verdadera afrenta a la verdad.