“La fuerza o la debilidad de una sociedad depende más del nivel de su vida espiritual que de su nivel de industrialización. Ni la economía de mercado, ni siquiera la opulencia general, son la culminación de la vida humana. Si las energías espirituales de una nación se han agotado, no será salvada del colapso por la estructura gubernamental más perfecta o por cualquier desarrollo industrial. Un árbol con un núcleo podrido no puede mantenerse en pie.-”
Alexander
Solzhenitsyn