1. ANTECEDENTES
--En mayo de 1952, la Santísima Virgen le dijo a la
Hna. Lucía: «Haced saber al Santo Padre
que espero siempre la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado, sin esta
consagración, Rusia no se convertirá más ni el Mundo podrá ver la Paz».
--El 7 de Julio de 1952 Pío XII consagra Rusia al
Corazón Inmaculado de María. Sin embargo
no fueron cumplidas todas las condiciones exigidas:
-no fue hecha explícita referencia a la devoción
reparadora de los cinco primeros sábados del mes;
-el acto solemne de reparación no estuvo
explícitamente hecho;
-el Papa no ordenó a todos los Obispos del Mundo
unirse a él en este acto de consagración.
Ese mismo mes, la Hna. Lucía escribe: «Estoy dolorida porque la consagración de
Rusia no ha sido hecha aún como la Santísima Virgen la había pedido».
--El 21 de Marzo de 1982, se le pidió a la Hna. Lucía
que le explicara al Nuncio en Lisboa lo que Nuestra Señora quería del Papa.
Dijo que el Papa tiene que escoger una fecha, ordenar a los obispos del mundo
entero, que cada uno en su catedral, y al mismo tiempo que el Papa, haga una ceremonia solemne y pública de
reparación y consagración de Rusia a los Sagrados Corazones de Jesús y de
María.
--En carta al Papa del 12 de mayo 1982, vísperas
del acto y de un encuentro privado con él,
la hermana reafirma sin ambages el pedido del Cielo:
“A Su
Santidad Juan Pablo II humildemente expongo y suplico: La consagración de Rusia al Corazón
Inmaculado de María en unión con todos los obispos del mundo (…) La tercera
parte del secreto: Se refiere a las palabras de Nuestra Señora: ‘Si no, difundirá
sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones contra la
Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir,
varias naciones serán aniquiladas’ (…) Porque no hemos atendido a ese llamado
del mensaje, verificamos que se ha cumplido. Rusia ha ido invadiendo el mundo
con sus errores. Y si no vemos todavía el hecho consumado del final de esta
profecía, vemos que hacia allí vamos a largos pasos…”
--El 19 de Marzo de 1983 Sor Lucía se reúne otra
vez con el Nuncio. El texto preparado para él terminaba así: «La Consagración de Rusia no se ha hecho
como Nuestra Señora ha pedido. No se me permitió hacer esta declaración
porque no tenía el permiso de la Santa Sede».
--“Entrevistada en 1985 por el Sol de Fátima,
cuando se le preguntó si el Papa había cumplido la petición de Nuestra Señora
con la consagración de 1984, Hna. Lucía respondió: “No hubo la
participación de todos los obispos ni se mencionó a Rusia”. Indagada
luego: “¿De modo que no se hizo la consagración como la pidió la Virgen?”
Respondió: “No. Muchos obispos no dieron importancia a este acto”.
--En Mayo de 1989 al Cardenal Law, de Boston, Sor Lucía le dijo sobre la consagración del 25 de Marzo de 1984: "… El Santo Padre se justificó (diciendo) que ha sido hecha, hecha de la mejor manera posible bajo las circunstancias. ¿Hecha sobre el camino angosto de la consagración colegial que Ella ha exigido y ha estado esperando? No, eso no se ha hecho".
--En Julio de
1989 ante tres testigos, el P. Messias Coelho, revela que Hna. Lucía acaba de
recibir una instrucción anónima vaticana, según la cual ella y sus compañeras
quedan obligadas a decir que la Consagración de Rusia fue realizada válidamente
el 25 de marzo de 1984.
Fuentes:
-Dominicaines
Avrillé, “Chronique d’une résistance à la
grâce”. Le Sel de la terre n° 53, Verano 2005.
-P. Antonio María
Martins, SJ, El futuro de España en los
documentos de Fátima.
-José María Zavala,
El secreto mejor guardado de Fátima.
2. ALCANCE Y
SIGNIFICADO DE LA CONSAGRACIÓN DE RUSIA REALIZADA SEGÚN EL PEDIDO DE LA VIRGEN
Si hasta ahora la consagración pedida por la Virgen
no ha sido realizada, es porque eso significaría un compromiso doctrinal cuyas
consecuencias tendrán una inmensa repercusión en primer lugar para la Iglesia,
cuyas autoridades modernistas se verían involucradas en un camino de regreso a
la verdadera doctrina católica. Sería una verdadera Contrarrevolución.
Veámoslo en resumen, tomado de la revista tomista
francesa Le Sel de la terre, numéro
53, Été 2005:
“Un acto tal
sería ya un primer paso en el retorno a la Tradición: el acto de consagración
de Rusia es un acto que debe ser impuesto por el papa personalmente (contra la colegialidad), que afirma su
autoridad sobre Rusia (contra el cisma
ortodoxo), que valoriza la mediación de la Santa Virgen (contra el falso
ecumenismo con los protestantes), al cual está ligado la conversión de un país en tanto que
país (contra la libertad religiosa);
la devoción reparadora de los cinco primeros sábados de mes recuerda que el
pecado ofende a Dios y que debemos rezar y sacrificarnos para impedir que
caigan las almas al infierno (contra la
nueva teología)”
Las condiciones
de la consagración son precisas, y el resultado no sería meramente la “paz”
(paz que para los modernistas viene a ser que no haya un enfrentamiento
militar, porque para ellos no hay guerras justas) sino que tendría un alcance a
todo nivel, empezando por la misma Iglesia. Pero la negación a favorecer la
devoción al Corazón Inmaculado, a realizar la consagración de Rusia, y a dar a
conocer el texto del Tercer secreto de Fátima, todo ello está enmarcado en la
nueva “mariología” surgida del Vaticano II. Esto ha sido necesario para poder
avanzar en el ecumenismo con los protestantes y los otros cultos, preocupación
predominante del neo-magisterio conciliar. Así pues, la Santísima Virgen María
pasó a ser el obstáculo a tal política de diálogos con los herejes. Como
resultado, los protestantes no se ha vuelto católicos, pero los católicos se
han protestantizado. Mucho nos tememos que se pretenda hacer ahora de este acto
de consagración una medida piadosa para aplacar a Rusia y así ésta detenga su
tarea de remoción de la inmundicia liberal que los conspiradores occidentales
dejaron en un territorio que ha sido siempre parte de su nación. Pero como
sabemos, la devoción al Corazón Inmaculado exige reparación y conversión, sin
lo cual el castigo del Cielo seguirá pendiendo bajo amenaza de una guerra
mundial. Si se pretende manipular a la Virgen para hacer de Ella una cándida pacifista
que desearía la fraternidad universal masónica de todas las religiones, pues
entonces estaremos en graves problemas y las consecuencias serán catastróficas,
porque la impiedad, la apostasía, y el diluvio de perversiones y pecados que
estamos presenciando, tendrán que llegar en su momento a su final. Y Rusia será
ese instrumento de Dios, que primero derramó sus errores, y ahora tendrá que
combatirlos, si pretende sobrevivir.
AGENDA FÁTIMA