FÁTIMA, ¿INVERTIDA?
Por MONSEÑOR RICHARD WILLIAMSON
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Eleison Número CDXIV (414)
20 de junio de
2015
¿Es la Consagración de Rusia anticuada? Es indispensable, aunque sea
tardía.
Cuando el 13 de Junio de 1929 Nuestra Señora de Fátima
se apareció a la Hermana Lucía en Tuy, España, para pedir la Consagración de
Rusia a Su Corazón Inmaculado, tuvo perfecto sentido porque siempre desde que
la Revolución Rusa estalló en Octubre de 1917, Rusia había perseguido a la
Iglesia y actuado como el instrumento principal del Comunismo para esparcir sus
errores mortales por todo el mundo. Sin embargo, Rusia está ahora representando
un papel tan diferente en el escenario de los asuntos mundiales que hay
Católicos que se preguntan si esa Consagración es todavía necesaria. ¿No ha
sido ya superada por los acontecimientos?
Cierto, con la caída del Muro de Berlín en 1989 el
pueblo ruso ha comenzado a repudiar al Comunismo ateo bajo el cual había
sufrido tanto durante 70 años, y desde entonces no ha cesado de evolucionar
hacia Dios en lugar de alejarse de Él. Liderando esta evolución ha estado el
Primer Ministro o Presidente desde 1999, Vladimir Putin (nacido en 1952), quien
con su ejemplo personal y su liderazgo público ha hecho todo lo que ha podido
para promover el renacimiento real de la religión Cristiana Ortodoxa dentro de
Rusia. Algunos observadores todavía dudan que Putin sea genuino, pero los
frutos están: miles de iglesias y catedrales reconstruidas en toda Rusia y la
moralidad defendida, mientras que fuera de Rusia, Putin ha retrasado más de una
vez el estallido de la III Guerra Mundial por ser más listo que los
delincuentes políticos occidentales, títeres del Nuevo Orden Mundial ateo que
empujan su triunfo.
Entonces, ¿puede uno decir que Rusia hoy en día no
necesita más ser convertida? No, porque la Cristiandad Ortodoxa no es todavía
Catolicismo, y porque el Comunismo, según se dice, ha dejado su marca en la
moral del pueblo ruso, por ejemplo en la práctica todavía difundida del aborto.
Pero lo que uno puede decir con certeza es que por el renacimiento religioso
presente, atestiguado por muchos visitantes occidentales a Rusia desde muchos
años, Nuestra Señora está preparando la completa conversión de Rusia y, si bien
esa conversión completa puede no necesitarse más para poner fin al Comunismo
ruso, en el siglo XXI puede muy bien necesitarse más para vencer al Globalismo
mundial. Especulemos en cómo ello puede pasar.
Para desencadenarse del agresivo encerramiento de
Rusia por las bases militares de un poder occidental (que no nombramos) porque
se ha dejado instrumentalizar por los perversos Maestros del Globalismo, Rusia,
la aparente pero no la real agresora (los dos no son siempre lo mismo), invade
y conquista Europa minuciosamente corrompida por el materialismo ateísta. Bajo
la presión de la guerra y la ocupación, el Papa finalmente lleva a cabo la
Consagración de Rusia, tal como fue pedida por Nuestra Señora en Fátima, y la
milagrosa conversión completa empieza a tener lugar, pero no para la pútrida
religión de Roma Conciliar sino más bien para un Catolicismo completamente
nuevo (e igualmente viejo – ver
Mt.XIII,52), en el cual toda la Verdad de la Roma Eterna y del una vez fiel
Occidente, se revitaliza por la frescura religiosa de los rusos post-comunistas
que aprovechan todo lo más verdadero y lo mejor de sus propias tradiciones
orientales.
¿Se toma el deseo por realidad? Los detalles aquí
reunidos a partir de profecías y aún las grandes líneas de la especulación
pueden estar equivocadas, pero de cualquier manera un tal parecido milagro será
forjado por Nuestra Señora para limpiar Oriente de sus errores y Occidente de
su corrupción, de manera que la Iglesia pueda respirar de nuevo con ambos pulmones
y de manera que pueda venir ese “período de paz para el mundo” que Ella
prometió en Fátima. De cualquier manera, los creyentes estarán gritando con San
Pablo, “¡Oh, profundidad de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de
Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios, y cuán insondables sus caminos!”
(Rom. XI, 33). Si estamos entre los sobrevivientes, estaremos maravillándonos
de las obras de Dios y de su Bendita Madre.
Kyrie eleison.