NOTA PREVIA DE AGENDA FÁTIMA:
El breve artículo da cuenta de “la muerte de un
pontificado”, esto es, el de Francisco. Creemos que se muere también el
bochornoso “pontificado conciliar” surgido a parir de Juan XXIII, y quizás con
el próximo Pontífice, que será el número 7 surgido del modernismo, se cierre un
ciclo que parece ya no puede ir más allá, a no ser que sea porque haya llegado
el Anticristo. Confiamos que al fin el triunfo del Corazón Inmaculado de María
ponga fin, al menos por un período de tiempo, a esta ignominiosa humillación a
que está siendo sometida la Iglesia de Cristo
La muerte
de un pontificado
[Durante
los pontificados de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, Aldo Maria Valli fue
ciertamente uno de los vaticanistas más importantes, comentando nada menos que
en la RAI y otros medios de difusión masiva. Es decir, es una de las palabras
más autorizadas para diagnosticar este pontificado: ese fue y es su metier.
Por eso mismo, este breve artículo que publicamos en español es contundente, y
desolador].
por ALDO MARIA VALLI
La foto
habla por sí misma. Miércoles [25 de octubre de 2023] de audiencia general.
Plaza vacía. Sólo unas decenas de personas. Está lloviendo. Pero antaño, cuando
llovía, la plaza se convertía en una extensión de paraguas.
El
panorama es desolador, y los medios de comunicación vaticanos, empezando por el
centro de televisión, ya no saben cómo ocultar el hecho: nadie va a escuchar a
Francisco. Intentan compensarlo con imágenes ajustadas, en realidad muy
ajustadas, un poco como hizo la televisión polaca con Juan Pablo II cuando
visitó su patria. Pero si en el caso de la televisión polaca el problema era
ocultar las multitudes que acudían a ver a Wojtyła, en el Vaticano el problema
es el contrario: ocultar los bochornosos vacíos.
Este
pontificado se muere de inanición. Comenzó con tantas esperanzas que se está
agotando en el desinterés general. Cosas que pasan cuando la Iglesia persigue
al mundo. Porque el mundo siempre va un paso por delante, y la Iglesia
simplemente se vuelve patética cuando pretende perseguirlo.
Mientras
tanto, en la basílica vaticana llueve. Goteras por todas partes, incluso en los
archivos. Por supuesto, gestionar un patrimonio tan grande no es fácil, pero
durante mucho tiempo el mantenimiento ha estado —literalmente— bajo el agua.
Los testigos afirman que incluso la limpieza deja que desear. A falta de
celebraciones papales, San Pedro parece cada vez más un museo en progresivo
estado de abandono. Y las cosas no van mejor en Castel Gandolfo, donde el
palacio de los papas, que ya no se utiliza como residencia, se ha convertido a
todos los efectos en un museo y empieza a sufrir todos los problemas típicos de
estos lugares (incluido un reciente incendio).
Mientras
tanto, los participantes en el sínodo, reunidos en torno a sus mesas, discuten,
debaten. Una especie de gran baile de palabras en la cubierta del Titanic que
se hunde. No hay nada malo en discutir, por supuesto. El problema es que los
participantes parecen moverse en otro planeta distinto de la realidad actual.
La Iglesia agoniza, los fieles huyen, las vocaciones desaparecen, pero los
sinodales viven en un mundo propio. Como todos los apparatčik,
funcionarios de partido, pertenecen a una casta cerrada, cuyo único fin es la
perpetuación de sí misma.
Mientras
tanto sale otro libro con otra entrevista con el papa. Mientras tanto nos dicen
que el sínodo rezó por los migrantes y los refugiados. Mientras tanto se
encargan de hacernos saber que “algunos pobres de Santa Marta almorzaron con el
papa”. Las iglesias siempre necesitan rituales y estos son los cansados
rituales de la moribunda ‘iglesia de Francisco’.
Fuente: Duc
in altum
https://caminante-wanderer.blogspot.com/2023/10/la-muerte-de-un-pontificado.html